El CICUS inaugura la exposición “De la madera al metal. De Van Dyck a Rembrandt”, en la que de nuevo incide en la trascendencia del conocimiento y en su difusión. En esta ocasión, lo hace destacando la importancia de las técnicas de grabado en la evolución cultural europea y la capacidad de las nuevas técnicas en divulgar los postulados del mundo de su época.
Esta exposición también pone en valor la significación del coleccionismo y la riqueza que éste genera para nuestra sociedad. Para la ocasión, la colección de grabados de Francisco Fernández Pardo, sin duda una de las mejores de nuestro país, dialoga con algunos de los fondos de la Universidad de Sevilla.
El núcleo de la muestra lo conforman más de 90 grabados de excepcional calidad en los que es posible reconocer a los mejores artistas del mundo flamenco. En ella encontraremos valiosos ejemplares de Rembrandt y Van Dyck junto a los de maestros menos concocidos pero de particular maestría. Obras de Lucas de Leyden, Hans Beham, Maerten van Heerskerck o Hendrick Goltzius, entre otros, nos enseñan el mundo de las imágenes de su época.
El desarrollo de la imagen a través de grabados, estampas y libros impresos contribuyó a la transmisión del conocimiento, a la difusión de la doctrina religiosa y al desarrollo de la propaganda política. Las diferentes naciones se valieron de la omnipotencia del grabado para construir su imagen pública y legitimar su autoridad. También lo hicieron grupos, comunidades o nobles quienes se dieron a conocer a través de la imagen grabada. Aunque se utilizó como una imagen de dominio, también surgieron ideas que no pudieron controlarse y que encontraron mayor empuje y pujanza gracias a la circulación de sus grabados, subvirtiendo el orden establecido político y religioso.
Los pasos iniciados en el siglo XIV con el procedimiento de la xilografía, que utilizaba una plancha de madera, se materializaron décadas más tarde en el grabado calcográfico que ofrecía una mayor calidad, belleza y perfección. Este se realizaba sobre una plancha de cobre, cuya dureza permitía además aumentar los ejemplares publicados. De este modo, las estampas por su posibilidad de editarse en tiradas de numerosos ejemplares tuvieron desde sus inicios un gran impacto visual en la sociedad, divulgando escenas religiosas, retratos, alegorías, batallas, paisajes o mapas, configurando un álbum memorístico de formas grabadas que influyeron en las composiciones artísticas. El grabado permitió como nunca había sucedido antes, el desarrollo de un flujo de información por toda Europa, fundamentalmente desde los centros de impresión flamencos, como Amberes, Bruselas o Ámsterdam, e incluso a otras tierras como el continente americano.
En un momento en que lo virtual e instantáneo es la norma, esta exposición invita al gozo del tiempo lento y de la permanencia de las imágenes. Cada una de las piezas que se exponen, además de mostrar de las habilidades de los autores y de la belleza a la que eran capaces de llegar mediante las técnicas de grabación, nos permiten profundizar en el detalle y contemplar los miles de significados y fórmulas de trasmisión de ideas con las que los grabadores flamencos entendieron y difundieron el universo. En definitiva, una muestra para el regalo de la contemplación sin prisas.
